Pueblos con Balnearios en Cerdeña
Fordongianus es un pequeño pueblo de la provincia de Oristano, en la región histórica de Barigadu en Cerdeña, habitado por unas 1000 personas. Nace entre una exuberante y magnífica naturaleza a orillas del río Tirso. El territorio es rico en canteras de traquita rosa, verde y gris que caracterizan gran parte de las construcciones urbanas. Pasear por sus calles es, por eso, una experiencia calmante llena de matices cromáticos ligados también a la antigüedad de las construcciones. Las fachadas de las casas tienen tonalidades que varían del rojo a marrón intenso, del verde al gris, a menudo intercalado, haciendo alarde de la delicada armonía de un casco urbano bien conservado.
Arquitectura Romana en Cerdeña, el Balneario de Fordongianus
En el interior del pueblo hay restos del complejo termal del siglo I d.C. De hecho, Fordongianus surge allí donde estaba Forum Traiani, ciudad fortificada de la época romana.
Del antiguo complejo termal permanecen tres ambientes: el calidarium, el tiepidarium, el frigidarium. En la web se puede leer que originariamente, las termas estaban cubiertas por un techo sostenido por arcos que unían las tinas creando un especie de barriles. En los bordes de las pilas hay señas de los dibujos que representan a las ninfas, divinidad de las aguas. El suelo estaba cubierto por mosaicos y el techo de las bañeras parece que fuese de pasta de vidrio celeste para recordar el reflejo del agua.
Balnearios naturales en Cerdeña
Nosotros no hicimos una visita guiada, pero gozamos plenamente de este maravilloso pueblo: sus aguas termales en el nacimiento tienen una temperatura de cerca de 56 grados centígrados. Frente al antiguo centro termal fluye el río Tirso y justo allí desembocan las aguas calientes. Los habitantes de Fordongianus se han criado literalmente en las pilas para meterse en el caliente agua que se diluyen con las corrientes frescas del río. Es una maravilla, así como la espontaneidad de una acción que encuentra su origen en la historia de este núcleo, en el ser parte, en el ser fruto de un lugar que arranca de sus vísceras tal riqueza. Las piscinas son postizas, creadas piedra sobre piedra y que se ponen al servicio de las exigencias de aquellos que se sumergen y su necesidad de regular el concurrir de aguas calientes y frías.
Charlando con los habitantes descubrimos la presencia de las piscinas termales de gestión comunal. Surgen a finales del siglo XIX, pero han sido reestructuradas recientemente. Hay tres salas con tres pequeñas bañeras donde por el pago de algunos euros es posible gozar, en intimidad, de aguas termales calientes.

La experiencia es casi subrrealista. Sobretodo, descubrir y vivir eso que resulta ser lejano de las historias que comunmente comentan quienes frecuentan las termas Fordongianus. Es increíble, meterse, literalmente en la vida cotidiana, en la normalidad de una comunidad que desde siempre ha sido caracterizada por estas beneficiosas aguas. También en el interior de centro, hay cerca de diez fuente que proveen de agua caliente termal. Las familias nos cuentan que con ella solían lavar los platos, la ropa, ….

La visita a Fordongianus ha sido un continuo suceder de descubrimientos, en un crescendo entusiasmante, y estoy segura que será una visita frecuente de mis excursiones. Estoy contenta de que con el poco tiempo que tenía, he podido encontrar y empezar a conocer una comunidad, un lugar sui generis de esta isla que no deja jamás de sorprenderme y encantarme.
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